El "electrosmog", como se ha denominado a este tipo de contaminación, se consideraba hasta ahora inofensivo en este sentido. Los autores de este trabajo que publica mañana NATURE alertan de cómo las ondas de AM son capaces de alterar todo el sistema sensorial de vertebrados en perfecto estado de salud, aun cuando sus niveles estén mil veces por debajo de lo que determina la OMS.
La historia de este descubrimiento es, como tantas otras, fruto de eso que se llama "serendipia". Las mismas aves que en ambientes urbanos (con mayor abundancia de emisiones AM) tenían dificultad para orientarse al ser trasladadas hacia el entorno rural lo conseguían sin problema.
Como dice el equipo de la universidad de Oldenburg autor de este hallazgo, la primera consecuencia del mismo debería ser investigar no sólo el efecto de las ondas AM en las poblaciones de aves migratorias, sino también en las de los sedentarios humanos de las ciudades.
En este enlace tenéis el resumen del artículo en la web de la universidad de Oldenburg.
Y Aquí el enlace en NATURE.