Nº de páginas: 272 págs.
Editorial: DEBATE
Encuadernación: Tapa dura
Lo obtuve en: el quiosco de un aeropuerto
Editorial: DEBATE
Encuadernación: Tapa dura
Lo obtuve en: el quiosco de un aeropuerto
No es este para mí exactamente un libro de Literatura de Naturaleza, sino de lo rural. En esencia, consiste en la reivindicación autobiográfica y orgullosa de una cultura que estuvo a punto de diluirse, mezclada con apuntes etnográficos (a veces algo prolijos) y presentada con un tono sobrio, pero no árido.
En sus primeros compases me conmovió la descripción del dilema de la juventud setentera-ochentera del autor, tan parecida a la de miles de niños y niñas del rural gallego obligados a decidir entre su identidad de aldea y la imposición sociocultural a huir de ella. Me recordó así de manera inevitable a John Berger cuando trata el desarraigo del campo. Sólo que Rebanks lo hace desde dentro, y sin haberse ido: él ha optado por mantener el oficio de su estirpe. Su actitud me resulta muy atractiva: algo así como "hice bien en quedarme aquí. Ahora soy uno de los custodios de cuanto describo, un mundo que además estará siempre en riesgo frente al modelo urbano-tecnológico que se ha impuesto".
Destaco además las páginas dedicadas a contrastar la apropiación sensorial y emocional de la campiña escocesa por parte de excursionistas y turistas con la propiedad de esos mismos paisajes transferida durante generaciones de padres a hijos pastores.