Según los autores, en el caso de esta subespecie el adelanto de estos ejemplares jóvenes en las fechas de su llegada a las zonas de cría no es fruto ni de la capacidad de cambio/adaptación individual, sino de una suerte de “salto generacional”.
¡Qué cara se les debe quedar a las colinegras de más edad cuando llegan a Islandia de acuerdo con la tradición, y descubren cómo los jóvenes rebeldes y desmelenados ya están allí, y de fiesta!
Este estudio ha sido posible gracias a las aportaciones de más de 2.000 voluntarios que durante esos años leyeron las anillas de estas aves tanto en Iberia como en sus lugares de parada migratoria y en Islandia. Es, por tanto, todo un ejemplo de cuánto puede aportar cualquier ornitólogo/a con este tipo de trabajo de campo.