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Barcelona celebra el primer festival español dedicado a la nature writing, un género de importación con una presencia cada vez mayor entre las novedades editoriales
FERNANDO DÍAZ DE QUIJANO | 18/10/2018
Lo habrán notado desde hace tiempo, especialmente en los últimos meses. Las mesas de novedades de las librerías se han ido poblando de árboles, tentáculos, plumas, helechos, aletas, flores, colmillos. Es la nature writing o literatura de naturaleza, un género que goza de una larga y rica tradición en otras latitudes, especialmente en el mundo anglosajón, pero que en España, salvo contados nombres, no ha tenido demasiado arraigo.
El boom actual en las librerías de nuestro país, del que hemos hablado en ocasiones anteriores, se debe a la labor de importación de algunas editorialesque han publicado títulos clásicos del género y novedades de los escritores más destacados que lo cultivan hoy.
De los primeros, Errata Naturae comenzó en 2013 con una edición ilustrada y con nueva traducción del clásico por excelencia, Walden, de Henry David Thoreau, hace unos meses editó por primera vez en español La frontera salvaje, de Washington Irving, y hace unas semanas, El arte de ver las cosas, de John Burroughs. Por su parte, Capitán Swing ha empezado a reunir los Escritos sobre naturaleza de John Muir, tarea que también ha llevado a cabo Volcano Libros, editorial especializada en el género nacida en 2017, en el volumen Cuaderno de montaña.
Entre los últimos lanzamientos de contemporáneos destacan El alma del mar, de Philip Hoare, que completa su trilogía marítima compuesta por Leviatán o la ballena y El mar interior, publicada aquí por Ático de los Libros; o la autora Sy Montgomery, con dos novedades en el mercado español: El alma de los pulpos(Seix Barral) y El embrujo del tigre (Errata Naturae). Ambos autores estarán este fin de semana en Barcelona en Movistar Liternatura, el primer festival literario dedicado a la nature writing en España.
La idea partió de la periodista y gestora cultural Emma Quadrada, que había detectado este auge hace tiempo y ganó un concurso de ideas convocado por Movistar que le ha permitido organizar el encuentro, que tendrá lugar en un espacio idóneo para celebrar esta unión de naturaleza y literatura: Villa Joana, una antigua masía situada en el Parque de Collserola, que hoy es un centro museístico dedicado a la literatura. En el festival participará también Annette Lavrijsen, autora de Shinra-Yoku (Lince Ediciones), Angharad Price, que presentará la primera edición en catalán de La vida de Rebecca Jones (editorial :Rata_), y algunos de los autores españoles comprometidos con esta forma de literatura, como Gabi Martínez, Antonio Sandoval Rey y Hasier Larretxea, así como los editores Rubén Hernández (Errata Naturae), Claudia Casanova (Ático de los Libros) y Javier García (Volcano).
En distintas conferencias y coloquios, el encuentro tratará de dar respuesta a varias preguntas. El escritor, ornitólogo y divulgador ambiental Antonio Sandoval Rey, autor de libros como ¿Para qué sirven las aves? (Tundra) y La torre(Kalandraka), será el encargado de responder la más esencial pero no por ello la más simple: ¿qué es la literatura de naturaleza? Según el autor, esta surge “cuando la naturaleza nos inspira para hacer literatura de verdad, arte con las palabras. Esto puede tomar muchas formas, desde la celebración de los hechos de la naturaleza, la fascinación por sus imágenes, sus especies y sus procesos, y también en este momento de la historia, necesariamente tiene mucho de preocupación”.
Gabi Martínez, conocido sobre todo por sus vueltas de tuerca a la literatura de viajes (Solo para gigantes, Voy...) es un apasionado de la nature writing. Fue una de las primeras personas con quien contactó la directora del festival cuando empezó a montarlo y se implicó de lleno en su organización. “La idea me entusiasmó porque hay un vacío importante dentro del espacio literario en español del viaje y la naturaleza, así que tener un festival como referencia me pareció estimulante”. Para Martínez, la diferencia principal entre la literatura de naturaleza y la literatura de viajes es que esta se centra más en los aspectos sociológicos y antropológicos, mientras que la nature writing la protagonista absoluta es la naturaleza, al menos en la rama “más pura” del género. “Es cierto que hay otros libros, como H de halcón, de Helen Macdonald, o La vida del pastor, de James Rebanks, en los que el componente humano y la sentimentalidad del narrador tienen una presencia más importante”.
Martínez está preparando su propio libro sobre el pastoreo (y las ovejas negras) tras haber pasado medio año haciendo de pastor en una dehesa extremeña, y dentro de dos semanas va a pregonar la simbiosis entre cultura y naturaleza con una acción simbólica: una caravana trashumante de ovejas negras y artistas, entre los que se encuentran Agustí Villaronga, Ángel Mateo Charris y Carla Berrocal.
Claudia Casanova, que acaba de constatar en la Feria del Libro de Frankfurt el crecimiento del ensayo de no ficción, cree que el auge de la literatura de naturaleza tiene que ver con un cambio en los intereses de los lectores. “El lector de ahora valora mucho la no ficción narrativa, a aquellos autores que desde la transmisión de conocimiento y desde una pasión absoluta saben contar bien una historia. Valora eso más que un ensayo académico al uso”.
Esa pasión por la naturaleza a la que alude es para la editora de Ático de los Libros la clave principal: “Philip Hoare acaba de aterrizar hace un rato en Barcelona y cuando le he propuesto ir a comer me ha dicho que prefería ir a bañarse en el mar”.
¿Por qué no en España?Según la opinión de Martínez y Sandoval, en España no habido una tradición de literatura de naturaleza durante el siglo XX porque la Guerra Civil provocó “una ruptura” en la relación de las personas con la tierra. Antes de eso, “la Institución Libre de Enseñanza intentaba potenciar esa relación, salían a pasear y a conocer la tierra, enseñaban a quererla con la idea de, a partir de esa estima, crear pensando en ella. Ese vínculo se rompió con la guerra y no se ha retomado, provocando un vacío abisal en la literatura de naturaleza”, afirma Martínez.
Sandoval apunta la evidente excepción de Miguel Delibes, además de José María Castroviejo y autores procedentes de diversos campos de la biología, como Jesús Garzón, Martí Boada (que también participa en el festival), Pancho Purroy o Francisco Bernis, de quien el propio Sandoval ha editado este año Las islas Sisargas en 1948, con textos escritos hace 70 años por esta figura clave de la ornitología española tras visitar los tres islotes ubicados frente a la costa coruñesa. “Es una mezcla de ciencia con descripción de paisajes y sensaciones personales, algo que se fue perdiendo en la producción científica española para dar paso a la descripción fría de los hechos. Mientras tanto es verdad que otros autores científicos siguieron escribiendo obras hermosas, como José Antonio Valverde, Félix Rodríguez de la Fuente o Joaquín Araújo, que lleva más de cien libros sobre naturaleza escritos con esa pretensión que comentaba de hacer arte con las palabras”.
Para Rubén Hernández, editor de Errata Naturae, otra razón importante para que la literatura sobre la naturaleza no haya tenido mucha presencia en España salta a la vista con un simple vistazo a Google Maps: en España hay muchos menos bosques y las zonas rurales están mucho más despobladas que en otros países de Europa o el mundo anglosajón.
Cantera de lectores ¿y futuros autores?Hernández está convencido de que el auge editorial ha despertado la curiosidad de los lectores por el género y usa de termómetro su edición de Walden, que en 5 años lleva 14 ediciones y 30.000 ejemplares vendidos, siendo un libro que ya existía en otras ediciones. Otros dos termómetros le sirven al editor para saber que a estos libros se acercan lectores heterogéneos: por la Feria del Libro de Madrid se deja caer el lector urbanita al que le gusta salir a la naturaleza siempre que puede (y quizá sueña con escapar de la ciudad y echarse al monte definitivamente), mientras que muchas ventas online tienen como destino zonas rurales.
¿Puede este creciente interés por la ‘liternatura' crear una cantera de escritores para el género? “Yo estoy convencido de que sí”, vaticina Sandoval. “Los escritores de cualquier género comienzan a hacerse como lectores. Yo me inicié porque hace años leí muchas obras en inglés que aún no habían sido traducidas y descubrí una manera de escribir relacionándome con la naturaleza que aquí era inédita”. Entre esas lecturas recuerda especialmente los libros de Barry Lopez, El leopardo de las nieves de Peter Matthiessen y, cuando era niño, Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell.
En el festival participará también el poeta navarro Hasier Larretxea, que acaba de publicar su primera obra narrativa en castellano, El lenguaje de los bosques(Espasa). Hijo de leñador, pasó sus 24 primeros años de vida rodeado de árboles y su padre albergaba la esperanza de que se convirtiera en aizkolari como él. Tras 12 años en Madrid, la literatura le ha permitido reconectar con el universo rural, reconciliarse con un lugar de origen hermoso pero a la vez opresivo. “No soy científico, mi aproximación a la naturaleza tiene que ver con mi interés por las historias autobiográficas, la poesía, la música, la fotografía”, explica el escritor. “El libro ha sido un reto para mí y una apuesta de Espasa para, entre tantos referentes internacionales interesantes, dar voz a este tipo de literatura también en el panorama nacional”