Ha sido un fin de semana estupendo en compañía de un montón de amigos y amigas, observando perdiceras, imperiales o reales, aprendiendo cómo culebreras y alimoches saben mimarse entre sí, firmando libros, conociendo a mucha gente e infinidad de proyectos, flipando con ilustradores y fotógrafos y celebrando la vida pajarera antes y después de cenar.
Aquí estoy (foto de Gorka Gorospe; gracias!) empezando a hablar de cómo se me ocurrió escribir un libro tan singular acerca del paso de aves marinas por Estaca de Bares, mezclando el diario personal con el análisis de los datos de las diferentes especies.